De viatge amb el T-10 de la Bòbila

T-10 és el club de lectura de la Biblioteca la Bòbila que us ofereix plaer i coneixement a partir d'un viatge literari organitzat en deu etapes. L’itinerari del “Club de lectura T-10” combina lectures, tertúlies, còmics, butlletins, xerrades o pel·lícules. És una proposta de 10 excursions lectores, 10 mirades diferents del lloc.

Després dels viatges literaris que hem fet a la ciutat de Nova York, a l'Europa Central, també anomenada Mitteleuropa i a Rússia, al peculiar humor anglès; o a les illes literàries, ens dirigim a la frontera i saltem a banda i banda..., entrem en el cor de la família, a la novel·la llatinoamericana actual, a la part fosca de França a la ciència-ficció,Infància i l'adolescència. I ara, Al marge: la mirada de l'outsider. Ens acompanyes?

dimecres, 14 d’abril del 2021

 

Andrea Víctrix


Andrea Víctrix es la única novela de ciencia ficción escrita por Llorenç Villalonga, y aunque aunque rondó su mente durante años, no la publicó hasta 1972.  El autor se avanza a su tiempo para describir la decadencia y autodestrucción de una sociedad centrada en el hedonismo y el consumismo extremo, que desprecia la cultura y se alimenta con pastillas. A través de diálogos vivos e inteligentes, humor cruel e ironía hiriente, Andrea Víctrix (un ser andrógino, encantador y monstruoso a partes iguales), nos conduce a lo largo del relato para mostrarnos este futuro próximo, basado en el consumismo y la destrucción constante de todo lo que un día conocimos. El protagonista es un  hombre que fue congelado en 1965 y que renace en la Mallorca del año 2050 (llamada ahora Turclub: Club Turístico de la Mediterrània), sin entender cuáles son los referentes y el camino de esta nueva sociedad hiperconsumista y autodestructiva. El narrador es, como Villalonga, un hombre fuera de su tiempo. De hecho, el autor es conocido por sus ideas conservadoras y anhelaba, como el protagonista de su obra, volver a un mundo que ya se había perdido del todo. Con La gran batuda (1968) Villalonga iniciaba su cruzada contra el mundo deshumanizado del futuro, pero será sobre todo en Andrea Víctrix, particular reformulación del universo de Aldous Huxley, donde reflejará con ácido humor esa sociedad tecnológica de la era moderna que tanto lo aterrorizaba. Una sociedad habitada por individuos apáticos y maleables que trabajan de 12 a 16 horas al día para comprar compulsivamente "atomicodomèstics", beben Hola-Hola (una especie de futura Coca Cola) sin control y repiten estúpidamente la fórmula de Einstein  E=mc2 (símbolo supremo de la tecnificación a la que ha llegado la sociedad). En este desolador escenario Turclub es un lugar más parecido a la Metropolis de Fritz Lang que a la isla de la calma que fue alguna vez, un lugar feo y caótico, reducido únicamente a destino turístico y donde el ocio nocturno impera sobre cualquier otra actividad. Un lugar que, no obstante, no desentona nada en un mundo donde la humanidad ya no es vivípara, sino que nace artificialmente en laboratorios a fin de suprimir la familia y todo lo que ella representa (un lastre para el progreso socialista), los sexos se han cuasi unificado, hay una crisis económica cronificada que hace que sobren los electrodomésticos y falte comida, donde se aumentan los salarios a condición de que se compren electrodomésticos para conjurar la desocupación y desechar los viejos (absolescencia programada?), las zonas rurales están vacías (se desprecia el trabajo del campo y todo aquel no tecnológico)a ,la población sobrevive a base de medicamentos y de soma y  la cultura se considera pornogŕafica.
La novela, que fue Premi Josep Pla en el año 1973, es uno de los textos de Villalonga menos conocidos pero no por ello menos interesantes, y forma parte de un género muy poco frecuente en lengua catalana: el de la literatura utópica o, en este caso, literatura distópica. A pesar de ser una obra singular, conecta con el Villalonga de Bearn o Mort de Dama a través de la decadencia que envuelve la sociedad de Andrea Víctrix. A través de la ironía, Villalonga expresa sin disimulo el desprecio, la animadversión que siente hacia la civilización actual, intolerante, impaciente, incivilizada, industrializada...  Su narrador es como él: valeroso, altivo, arrogante, irónico, culto y, sobre todo, se siente extranjero y desarraigado en ese nuevo mundo en el que se ha despertado. Su antiguo oficio de escritor no tiene cabida en esta imparable sociedad capitalista basada en el turismo y la teconología y que no está dispuesta a replantearse nada. Villalonga desprecia su clase aristocrática, pero también el rumbo que ha tomado la nueva sociedad mallorquina, y en Andrea Víctrix expone sin flitros su desencanto con su clase en particular y con el mundo en general... 

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