TAMARA DREWE
Tamara Drewe es una novela gráfica de Posy Simmonds, publicada en 2007 en el diario británico The Guardian, antes de compilarse en un solo tomo. Inspirada en Lejos del mundanal ruido, de Thomas Hardy, la historia se desarrolla en un pequeño pueblo inglés, en una casa rural que ofrece estancias para escritores que buscan tranquilidad para escribir.
El equilibrio del lugar se ve alterado cuando Tamara Drewe, una joven periodista, regresa tras años de ausencia y se convierte en la sensación de la zona, lo que desata una serie de enredos amorosos y conflictos entre los habitantes .
A lo largo de la historia, que combina magistralmente humor y drama, se exploran relaciones humanas, infidelidades, aspiraciones frustradas, diferencias de clase y el choque entre la vida rural y la modernidad, todo con una crítica mordaz a la industria literaria y la sociedad contemporánea.
La gran protagonista de esta historia es Tamara Drewe, la plástica fantástica, una columnista y periodista que regresa al pueblo donde creció tras una transformación física significativa. Su simpatía y belleza la convierten en el centro de atención de hombres y mujeres, despertando deseos y resentimientos en la comunidad. A pesar de ser una mujer competente, hecha a sí misma y segura en apariencia, sufre inseguridades que la llevan a buscar validación a través de los hombres, con lo que suele involucrarse en relaciones que no le aportan nada.
De hecho, las protagonistas de la historia son mujeres que se ven rodeadas de hombres incompetentes, inmaduros y egocéntricos que creen tener casi todos los derechos sobre ellas y nunca se cuestionan ni sus razones, ni sus pensamientos ni su comportamiento. Las mujeres, que podrían funcionar perfectamente solas, se ven lastradas por individuos inmaduros y egocéntricos que las hacen creer que los necesitan, cuando es completamente al revés, son ellos los que serían incapaces de funcionar sin ellas.
Uno de estos sujetos es Nicholas Hardiman, escritor de éxito y marido de Beth, la cual gestiona con maestría la residencia para escritores y asume todas las faenas y responsabilidades del negocio para que él pueda escribir y ser el "triunfador" que es. Incluso le hace de secretaria y le pasa a limpio sus escritos, con lo que gran parte de su éxito se lo debe a ella. Pero Hardiman es un tipo hipócrita, egoísta y acomplejado que necesita engañar sistemáticamente a su mujer para reafirmarse como macho y sentirse vivo, puesto que sabe que, en realidad, es un fraude y no tiene nada que ofrecer al mundo. Es mentiroso y manipulador, y utiliza su éxito para conquistar a mujeres que rápidamente se cansan de él, momento en el que vuelve con su esposa haciéndola creer que es él el que rompe por amor a ella. Exige a la protagonista (Tamara) que le aporte toda la alegría vital que a él le falta, y el problema es que ella se deja "engatusar" y no se atreve a decir no.
Porque si Nicholas representa un prototipo de hombre tóxico y manipulador, Tamara y Beth representan un tipo de mujeres que necesitan sentirse validadas a través del amor o el deseo que provocan en los hombres, y que las hace sentir como "las elegidas". Efectivamente, ellas, decididas, inteligentes y autosuficientes, necesitan sobre sí la mirada de un hombre para sentirse plenas . Y por complacer al otro, renuncian a ser ellas mismas, renuncian a elegir y a exigir y se doblegan a sus deseos solo por complacerlo. Tamara es incapaz de decirle a Nicholas o a Ben que no quiere estar con ellos, son ellos los que deciden y escogen y ella la que lo acepta todo sin cuestionarse nada. Solo rechaza a Andy por no ser un malote, pero acaba quedándose con él porque no sabe estar sola. Y Beth sólo se plantea el divorcio, sólo se da cuenta de lo engañada que vive pensando que en realidad Nicholas la ama, cuando él la humilla en público haciéndole saber, delante de todo un auditorio, que la va a dejar. Nicholas, un hombre egocéntrico e inmaduro emocionalmente, tiene el privilegio de escoger entre dos mujeres que le dan mil vueltas sólo porque tanto ellas como él creen que ese es su legítimo derecho. Y luego están las adolescentes, una más madura y reflexiva, y la otra enamorada del amor, que fluyen por la vida abandonadas a su suerte, con padres y madres preocupadas por sobrevivir y sin nadie que las enseñe a relacionarse de manera sana y asertiva consigo mismas y con los chicos. El drama golpea la vida de las jóvenes y de la comunidad cuando pasan cosas terribles y ni los vecinos ni los medios de comunicación (unos por miedo e ignorancia, los otros por puro morbo y populismo) son capaces de gestionar o comunicar la tragedia de manera clara y honesta.
Posy Simmonds, a través de personajes complejos y con un enfoque narrativo innovador, nos presenta una historia entretenida, realista y mordaz que arremete sin miramientos contra la hipocresía de la sociedad contemporánea, el mundo literario (y periodístico), las redes sociales (cada vez más salvajes y tiranas), las relaciones desiguales y la idealización que los urbanitas hacen de la vida rural. Simmonds, como suele decirse, no deja títere con cabeza.
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