UNA HABITACIÓN PROPIA
"Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas; y esto, como veis, deja sin resolver el gran problema de la verdadera naturaleza de la mujer y la verdadera naturaleza de la novela."
En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer. Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad. Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al todavía necesario asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria.
La nunca suficientemente reivindicada
Virginia Woolf no es únicamente una de las
escritoras más influyentes del siglo XX. Es también una pionera del feminismo, cuya obra sigue inspirando a día de hoy a nuevas generaciones de mujeres. Nacida en Londres en 1882 en el seno de una familia de tradición literaria, la autora desarrolló, en sus ensayos, novelas y diarios, un estilo de escritura innovador, con el que explora temas como la identidad, la subjetividad y la complejidad de la vida interior de las mujeres. Sus primeras novelas ponen de manifiesto su determinación por ampliar las perspectivas de la novela más allá del mero acto de la narración. Su estilo evolucionó para idear argumentos a raíz de la vida interior de los personajes y su técnica del monólogo interior y estilo poético se considera una importante contribución a la novela moderna.
Pero más allá de la calidad de su obra literaria,
Woolf es también reconocida por ser una defensora férrea e incansable de los derechos de las mujeres, en un momento en el que las normas sociales imperantes los cuestionaban, ponían en entredicho la capacidad femenina para hacer casi cualquier cosa y era muy difícil reivindicar el feminismo gracias al instaurado y ultraconservador pensamiento patriarcal que imperaba y que dificultaba otras formas de ver la realidad.
Una habitación propia genera en la actualidad la misma inquietud y malestar que generó en el momento de su publicación en septiembre de 1929, lo que nos indica que Virginia Woolf fue una adelantada a su tiempo y que, por desgracia, aún queda mucho camino por recorrer en la lucha de las mujeres por la consecución absoluta de sus derechos (laborales, económicos, sociales, sexuales, reproductivos, intelectuales, etc., etc.) en todos los países del mundo.
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