De viatge amb el T-10 de la Bòbila

T-10 és el club de lectura de la Biblioteca la Bòbila que us ofereix plaer i coneixement a partir d'un viatge literari organitzat en deu etapes. L’itinerari del “Club de lectura T-10” combina lectures, tertúlies, còmics, butlletins, xerrades o pel·lícules. És una proposta de 10 excursions lectores, 10 mirades diferents del lloc.

Després dels viatges literaris que hem fet a la ciutat de Nova York, a l'Europa Central, també anomenada Mitteleuropa i a Rússia, al peculiar humor anglès; o a les illes literàries, ens dirigim a la frontera i saltem a banda i banda..., entrem en el cor de la família, a la novel·la llatinoamericana actual, a la part fosca de França a la ciència-ficció,Infància i l'adolescència. I ara, Al marge: la mirada de l'outsider. Ens acompanyes?

dimecres, 16 de desembre del 2015

Marcello Fois

Marcello Fois (Nuoro, 1960) es va donar a conèixer amb Siempre caro, novel.la lloada generosament per Camilleri, tot i que en castellà va debutar amb Hierro reciente, Mejor morir o Gap
Marcello Fois (Sevilla, 2014)  | © Alejandro Luque / M'SurPensem que el millor text per a endinsar-nos en el món de Marcello Fois, és la magnífica entrevista d'Alejandro Luque a propòsit de la publicació de Memoria del vacío ; us deixem uns extractes: 

"D. H. Lawrence hablaba de Cerdeña como “un lugar distinto de todo”. Usted, de una “cosa aparte”. ¿Cómo se puede seguir siendo distinto en un mundo globalizado?

Precisamente en este mundo globalizado, ser distinto es un valor. Y cultivar la propia diversidad es compartirla sustancialmente: he ahí la solución para esta aparente paradoja.
«La literatura es un accidente, no la normalidad. Si dos se aman y se casan, ahí no hay literatura»
Y en el caso de Cerdeña, ¿qué cree que la singulariza a través del tiempo, en la Historia?
Como escritor puedo decirte cómo he resuelto yo la cuestión. He probado a contar historias, a discutir problemas desde un punto de vista aparentemente distinto y distante, desde una apartada isla del Mediterráneo. Al final, se comprende que los problemas son iguales para todos. Que la literatura, cuando es buena, habla de cosas que afectan a todos; lo de menos son las particularidades. Más allá de los métodos, las cosas necesitan ser contadas bien. ¿Qué nos interesa de Don Quijote? Que el mundo está lleno de soñadores y de locos, y de personas que afrontan molinos de viento. La maravilla es esta, la particularidad depende del método que uno usa, no afecta al contenido. Todos amamos, odiamos, somos traicionados…

Casi toda la literatura sarda que llega a España gira en torno a la muerte, y una muerte casi siempre violenta: Satta, Murgia, Todde, usted mismo… ¿Por qué?

Yo diría que no es una característica sarda como tal. Si pienso en los personajes de García Lorca, no me viene a la cabeza una sola muerte tranquila. Y ahí está la tragedia griega, Esquilo, Eurípides, la Ilíada, la Odisea… La muerte normal no tiene nada especial. No hay nada que contar en ella, como en el amor normal. La literatura es un accidente, no es la normalidad. Si dos se aman y se casan, ahí no hay literatura. Pero si dos se aman, se quieren casar, y un tercero lo impide, ahí hay algo que contar. Si uno muere con 80 años, sonreímos. Pero si muere en mitad de una plaza, asesinado, ahí hay una historia. La muerte violenta siempre atrae. (...)

En el caso de los bandidos de la Barbagia, uno de los cuales protagoniza su última novela, ¿qué hay de verdad histórica y qué de mitología?

Hay un poco de todo. Te hago la estadística, en Memoria del vacío el 40 por ciento de verdad y el 60 de, digamos, invención literaria. Pero esto significa poco, porque la invención literaria en cualquier momento puede prender, generar una verdad histórica más profunda que los hechos reales. Hoy, con la perspectiva de los años, en Italia este libro sobre Stocchino es considerado como histórico. Después de este libro, he empezado una trilogía, que acabaré este año [por 2014 ] de grandes familias nuorenses. Toda falsa, inventada, pero me preguntan qué hay de verdad. Y respondo: mira, las poquísimas cosas verdaderas son las más increíbles. Lo juro. La realidad es tremenda, hace las cosas que nadie, ningún escritor, puede llegar a imaginar. Uno cree que ha inventado algo, pone la televisión y se rinde: “No he inventado un pimiento”.

¿Diría que Banditi a Orgosolo, la famosa película de Vittorio de Seta, es una influencia en su novela?

No, en este caso no tanto, porque los periodos son muy distintos. Banditi a Orgosolo está ambientado en torno a los años 50, muy cerca del boom económico, un periodo muy particular. La historia de Stocchino va a caballo entre la Primera Guerra Mundial y el nacimiento de la dictadura, el advenimiento de Mussolini. (...)

Parece un libro español en ciertos aspectos, aquel de Alicia Giménez-Bartlett…

… Donde nadie te encuentre.

Sí, ese bandido que es una mujer o un hermafrodita, ambientado durante la dictadura. Como digo, se parecen, y están basados en historias verdaderas.

«Para decir que ha acabado con el banditismo, Mussolino debe ponerse de acuerdo con los bandidos»
¿Quería jugar con una relación de poderes, el del crimen y el de la dictadura?
Claro, Mussolini, cuando toma el poder, quiere poder decir que ha eliminado completamente el banditismo. Para hacerlo, tiene que ponerse de acuerdo con los bandidos. Es un poco como sucede hoy, como sucedió también en la España de Franco. Stocchino no aceptó ningún tipo de acuerdo, porque era un desobediente total. Y Mussolini ofrece por él una recompensa 250.000 liras, una cifra espantosa para la época, ¡en 1928! Podías comprarte un pueblo con eso. Pero Stocchino se hace prender cuando está a punto de morir… Y no cuento más.

¿Su enfoque es el de un bandido heroico?

Al principio sí, va a la guerra y regresa incluso condecorado. Pero su problema es que no llega a comprender por qué. Sustancialmente, esta es una novela sobre la guerra. En el campo de batalla las cosas se resuelven disparando, pero en la vida corriente no. Cuando vuelve a casa, con medallas en el pecho, la situación es malísima en su pueblo, no tiene casi nada, gente del entorno ha timado a sus parientes… Y él decide aplicar el método de guerra para resolver asuntos civiles, y no comprende por qué no salen bien las cosas. ¿Por qué, después de arriesgar mi vida en el frente, debo soportar que me humillen en mi casa?, se pregunta. Y continúa su guerra personal. Viaja incluso con el uniforme militar… Ese es el punto en que se derrumba el mito. Tiene algo de tragedia griega, pero también es como Caperucita roja, como los hermanos Grimm. Y es una historia oral, lo cual es dificilísimo, en el sentido en que yo he tenido que escribir fingiendo que hablaba.
«Los jóvenes deben saber que un montón de gente ha muerto para construir el mundo que están disfrutando»

¿Cómo logró eso?

Todo debía parecer dicho, aunque me haya basado en escritos. Si lo piensas, esta ambigüedad es muy de la cultura del Mediterráneo, no saber qué es escrito y qué contado. En todo el Mediterráneo contamos cosas muy parecidas, en Italia, en España, en Grecia, incluso en los Balcanes. La maravilla mediterránea es hacer ordinario lo extraordinario. “No te imaginas lo que he encontrado esta mañana”. “Ah, no te he dicho algo importante”. “Te saludo pero mañana tengo que contarte algo que te tirará de espaldas”. No somos nada mitteleuropeos, no contamos simplemente “hoy me ha pasado esto, esto, y lo otro”.

¿Qué tiene que ver todo esto con su obsesión con la memoria? Usted habla siempre con cierta angustia al respecto…

Sí, estoy realmente angustiado con la idea de perder la memoria. No puede haber generaciones de españoles que tengan solo una información genérica sobre el franquismo. En tal caso, se cometerá el mismo error en que incurrimos nosotros, cuando pensábamos que no valía la pena hablar de fascismos. Hay que ser pesados, insistir, especialmente con los jóvenes. Ellos pueden llegar a pensar que todo lo que tienen es gratuito. Deben saber que un montón de gente ha muerto para construir el mundo que están disfrutando. Y luego, cuando van a votar, se inclinan por el primer cretino que pasa. La literatura no son unas vacaciones, debe servir para más cosas, por ejemplo para la memoria. (...)

No quería acabar sin preguntarle también por algo que menciona en sus libros, la cultura del silencio.

Es toda una cultura mediterránea, ligada a la mirada, al modo de ver las cosas, a aquello que no dices, que a veces es más importante de lo que dices. Un charlatán habla mucho porque no quiere decir las cosas, es un ejemplo de la cultura del silencio. Es un poco lo que pasa en nuestras televisiones, ver continuamente a gente que te habla, aplica científicamente la cultura del silencio. La televisión española me mete una ansiedad terrible, porque la gente habla a una velocidad… Los telediarios, sobre todo."

 
Luque, Alejandro. “Marcello Fois :La identidad, ¿viene antes o después de la economía?” En: M’ Sur. Actualidad (08/09/2015) <http://msur.es/2015/09/08/marcello-fois/> [consultat: 03/12/15]


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