El proper dimecres dia 15 a les 19h, llegirem La felicidad de los ogros, de Daniel Pennac.
La novel·la forma part d'“El cuarteto de Belleville”, quatre obres que es poden llegir independentment.
"Nos presentan a la familia Malausséne, del barrio Belleville, Francia. Multicultural, variopinto de nacionalidades y especie de planeta en miniatura.
Todos sus integrantes son hermanos de la misma madre pero de diferente padre. Benjamín Malausséne el mayor , de profesión chivo expiatorio y encargado de criar a sus cinco hermanos. Clara y su pasión por la fotografía, Thérése y sus visiones del futuro a través de las cartas, Jeremy casi adolescente y con tendencias terroristas y rebeldes, El Pequeño con sus lentes rosa y sus sueños que se hacen realidad, Verdún una niña con mucho carácter... y un perro epiléptico.
Además está Julia, una novia periodista que desaparece cada dos por tres y una Madre que solo aparece cuando está embarazada, para luego largarse. Junto a personajes que entra, salen o se quedan según le dé la gana a Pennac, la tribu Malaussén vive unas aventuras de lo más disparatadas como tragicómicas.
Casi siempre están el el lugar equivocado en el momento equivocado, viviendo situaciones que rayan en el suerrealismo y que cada vez se enredan más y más sobre sí mismas impidiéndonos vislumbrar el final.
La felicidad de los ogros, además de tener todos los ingredientes de una novela policial, incluye una crítica a la sociedad de consumo. E incluso sale el tema del nazismo, en los personajes de unos vejetes adorables que se dedican a explotarse (literalmente).
La novela juega a dos cosas. La primera, a darnos a conocer el pintoresco mundo de Benjamín Malaussène y los suyos, incluyendo el entorno laboral, lo cual hace de forma algo confusa al principio, pues de no saber nada sobre estas novelas el lector tardará algo en enterarse de que algunas de las damas que rodean a Benjamín son sus hermanas y no otra cosa. La segunda, la trama que permite hacer avanzar la novela hacia el conocimiento de esta panda es también singular: una serie de explosiones en el centro comercial, de alcance limitado pero siempre con víctimas, y en las que Malaussène se ve a medias envuelto y a medias en disposición de aclarar.
La felicidad de los ogros es una novela de humor constante pero sutil e inteligente precisamente porque el personaje ve todo tan extraño –incluso su propia vida y su trabajo- como lo ve el lector. Una obra escrita para provocar más sonrisas que carcajadas y que más allá de las situaciones que describe da a conocer a unos personajes tan admirables por cómo salen adelante como por su falta de pretensiones. Es muy difícil no encariñarse con Malaussène y los suyos si tenemos en cuenta todo lo que Benjamín sacrifica por ellos: su vida entera, tanto en lo profesional como en lo afectivo y hasta en lo meramente sexual, está condicionada por la necesidad de sacar adelante a sus hermanos, y él asume el sacrificio con naturalidad y generosidad.
Sí me atrevo a ponerle un «pero»: el desarrollo de la «investigación» aparece con un retardo lo bastante largo como para que durante una parte del libro se tenga la sensación de estar dando vueltas y vueltas a la espera de algo que lance la historia hacia delante. Pero esto es solo una critiquilla: La felicidad de los ogros me ha gustado lo suficiente como para haber comprado ya el segundo libro de la saga.
Lo que no acabo de entender es que esta novela se califique de «novela negra», como en algún sitio he visto. Negra, negra, lo que se dice negra..."
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