ÉRASE UN RÍO
Tras la muerte violenta de su padre, Margo Crane, de dieciséis años, con una escopeta Marlin, unos cuantos víveres y una vieja biografía de Annie Oakley, remonta el río Stark en busca de su madre. Pero el río ya no es el animado paraíso fluvial de su infancia. Ahora es un lugar peligroso. Un lugar habitado por matones, barqueros ebrios, traficantes de metanfetamina y tramperos tristes y solitarios. Chacales y basura a la deriva. Y todos fantasean con domarla. Pero ella no quiere ser la razón para vivir de nadie. No es la niña loba, ni la asesina, ni la esposa ideal con la que todos sueñan. Solo es una chica que necesita unas cerillas, un perro y un poco de gasolina para su motor fueraborda.
Margo representa la fuerza, la valentía y la libertad. Ella, como el río, fluye con la vida y no deja que nada ni nadie la detenga en su deseo de vivir en contacto constante con la naturaleza y siempre de acuerdo a sus principios y su necesidad de libertad. Con sólo 16 años, una madre que se fue de casa y un padre que acaba de morir, Margo se ve obligada a sobrevivir sola. Armada siempre con su escopeta y sirviéndose de lo que le enseñó su abuelo sobre la caza y la naturaleza, se enfrenta a la supervivencia en un entorno en el que el río no es el mayor peligro. Serán determinados hombres y la esperanza de una nueva vida junto a su madre los que supongan la amenaza más peligrosa para la joven, que a pesar de todo no se rinde ni se deja doblegar.
La narración fluye como el río, otro de los protagonistas de la novela, con ritmo y naturalidad, aunque de vez en cuando haya sobresaltos e imprevistos debido a la naturaleza indómita de una (Margo) y otro (el río). Para Margo, el río es una parte de ella misma, es incapaz de vivir lejos de él, lo necesita, es su medio natural. Y no está dispuesta a permitir que nadie la separe de él.
La obra de Bonnie Jo Campbell gira en torno a la vida rural de la América profunda. Sus personajes están a mitad de camino entre la esperanza y la desolación, pero nunca se rinden. Es una autora que maneja de forma sorprendente los ritmos y que tiene la habilidad de ofrecer luz tocando temas oscuros. Campbell es, probablemente, la escritora estadounidense que mejor ha sabido reflejar el alma de las mujeres que están hartas del mundo que las rodea y no se someten a él. Sus protagonistas no se quedan de brazos cruzados cuando los hombres las violentan. No, ellas cogen un arma y plantan cara.
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