Los personajes principales y únicos protagonistas son Luis Molina, un homosexual encarcelado por "corrupción de menores" sensible, amante del cine clásico y hábil narrador de historias, cuya vida ha estado marcada por la discriminación, y que busca consuelo en el mundo del arte y la fantasía y Valentín Arregui, un joven revolucionario encarcelado por su activismo político, un "hombre hombre" comprometido con sus ideales y que lucha activamente contra la dictadura. Valentín al principio no conecta nada con su compañero porque le parece que las diferencias entre ambos son insuperables y se niega a "caer en las redes" de un homosexual declarado como Luis, pero poco a poco, en un clima marcado por la extrema violencia, la relación se convierte en íntima (en cuerpo y alma) y uno acaba necesitando al otro para sobrevivir ante tanta oscuridad. A través de la relación entre los personajes y su interacción con el sistema penitenciario, se da una clarísima visión sobre cómo los regímenes autoritarios utilizan la vigilancia, la manipulación y la violencia para mantener el control sobre las personas pero también se reivindica cómo el afecto sincero, el ponerse en la piel del otro, la valentía y el ser capaz de ver que existen otras maneras de afrontar la opresión, pueden hacer que se plante cara a ésta, aunque, como ocurre aquí, el final no sea ni mucho menos feliz. Ambos, para ayudarse y sentir que hacen algo por el otro, sacrifican cosas valiosas de sí mismos: Molina pone en peligro su vida para colaborar con la lucha de Valentín (de hecho su implicación en la causa de su amante le cuesta la vida) y Valentín deja de lado su "hombría" para establecer una relación auténtica y sólida con otro hombre, cosa que antes le parecía imposible.
La violencia social, policial y física que se ejerce sobre los dos no impide que ellos establezcan un vínculo sincero y real en el que ambos están dispuestos a perder mucho, porque El beso de la mujer araña es una obra cargada de simbolismo y crítica social, que aborda temas tan universales y delicados como la identidad, el sacrificio, la opresión, la valentía y la redención. Aunque el final es trágico para Luis y Valentín, sus historias demuestran que incluso en las circunstancias más adversas, el contacto humano, el cariño y la calidez, pueden ofrecer consuelo y sentido.
Una obra diferente, valiente y adelantada a su tiempo (estuvo prohibida en Argentina hasta 1983) en la que se reivindica el poder transformador de lo femenino y el derecho de cada persona a vivir su vida y su sexualidad como quiera.
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