EL ARTE DE VOLAR 

En El arte de volar, Antonio Altarriba parte de la vida de su padre, a quien rinde homenaje, para mostrarnos un fresco de nuestra historia reciente. Un relato lleno de sueños traicionados y de ideales truncados por el discurrir de la vida. Porque Antonio padre es un hombre arrastrado por la fatalidad, que se siente atrapado en una existencia que cada vez le asquea más, y que ve cómo sus sueños de juventud, sus ansias de libertad, chocan con los convencionalismos, con la urgencia de sobrevivir y con el miedo flotante de pertenecer al bando que perdió la guerra. Él lo intentó, intentó ser libre y vivir la vida que quería, pero nunca lo consiguió. La frustración del protagonista nace de  saber  que los seres que le rodean han traicionado sus propias convicciones, y él mismo ha traicionado las suyas, se ha traicionado a sí mismo. Antonio pasa toda su vida intentando buscar una libertad que sólo es conseguida a los 90 años, cuando la conciencia de que todo está perdido y ya no hay manera de mejorar ni cambiar nada es absoluta. La única decisión libre que el hombre, en 90 años de existencia, toma, es la de acabar con su vida, la de no perpetuar más tiempo un sufrimiento que no lo ha abandonado nunca. 

EL ala rota

La madre de Petra murió al dar a luz a su hija, y de la rabia por haber perdido a su mujer, su propio padre intentó matarla. Desde entonces, Petra tiene el brazo inmóvil y es en sus últimos días de vida cuando su hijo, Antonio Altarriba, descubre que ella lo ha mantenido en secreto. La percepción de Antonio cambia radicalmente y entonces, reconstruye la historia de su madre, mujer devota y sufridora, que ha pasado su vida maltratada y sometida por un país dominado por hombres. El ala rota es la otra cara de El arte de volar, la otra parte de la historia, la historia de una mujer invisible que, mientras que su futuro marido lucha por sus ideales e intenta labrarse un gran futuro, se dedica a sobrevivir en un entorno rural violento que la maltrata por ser mujer y por ser pobre. Y cuando por fin sale del pueblo, tampoco puede plantearse ideales ni gestas ni casi tomar decisiones, sino tan solo seguir sobreviviendo, salvaguardar su integridad y la de su hijo sin pensar nunca en ella ni en sus necesidades. La toma de decisiones y la posibilidad de pensar en una misma no se contemplan, no existen para Petra y para las mujeres como ella. Y cuando ya siendo anciana exige cuidados, su marido la abandona y su hijo decide internarla en una residencia donde, a pesar de todo, encuentra un pequeño rayo de felicidad... La historia de Petra es la historia de tantas mujeres nacidas en la España de principios de siglo (o en la actual) que han sido criadas para no pensar nunca en ellas como personas libres, independientes y con derechos, mujeres que dedicaron su vida a los demás y asumieron la violencia contra ellas como algo natural y vinculado, sin ningún cuestionamiento, a su género  y condición.

En realidad, ambas historias se complementan y forman un todo en el que los protagonistas, el padre y la madre de Altarriba, no son felices en casi ningún momento de su vida, aunque la diferencia es que al hombre le dan la oportunidad de intentarlo, de buscar su camino, y a la mujer no.